Y me regalaron una plantita de besitos blancos,
y yo, por supuesto me
puse feliz de tener una nueva compañera a quien llenar de agua e historias
Además todo el mundo
sabe que los besitos blancos son una flor tan bonita como los versos de Aurelio
Arturo -e igual de perfectas -
y que a mi me hace feliz el verso que suena a canción y
huele a jazmín de noche
podría mirar mis flores una vida entera y luego volver
dentro de tres vidas mas solo a seguir contemplándolas...
Son de un blanco casi etéreo con unas discretas rayitas
rojas que juguetean en sus pliegues como
diciendo “hey, no te creas tan pura”…
Sucede que estaba el
otro dia dándole sol y cantándole una canción de amor; (porque cuando le canto
canciones tristes se arruga y dobla hacia adentro como diciendo ¡no me cuentes esas
tristezas del mundo! Pero cuando le
canto de amores y sonrisas, sus rayitas rojas juguetean coquetamente entre las
flores y éstas se abren muy grandes de cara a mi)
Esta canción era de un niño muy blanco y labios muy rojos
que sonreía al sol y el sol alumbraba un-mundo-entero-alla-muy-lejos-donde-solo-su-voz-llegaba,
y sobre unas chispitas de felicidad que tenía no-se-donde-carajos; y de repente un botoncito arrugado que apenas
si asomaba del tallo -botoncito altanero- empezó a crecer y a abrirse, al
principio muy lento, pero entre mas le cantaba con mas ganas éste se asomaba a la luz hasta salir por
completo; y yo, entre contenta e indignada no tuve mas opción que seguir cantando
y ver, como sin pedir permiso esa paliducha se robaba mi corazón.
Y esa es la historia
adorable niño, de porqué esta flor tiene
pequitas y no rayitas rojas como el resto, y del porqué le canto a ella una
canción diferente a la de las demás, que fuera de mi sin ese botoncito altanero...
No hay comentarios:
Publicar un comentario